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lunes, agosto 18, 2008

Otra crítica a la banda sonora

Hace unos días publicamos una buena crítica a la banda sonora, lastimosamente esta crítica es muy diferente fue publicada el 9 de Agosto en el sitio cineybso.com

Está claro que, musicalmente hablando, la serie The X-Files (Expediente X en español) tiene un nombre propio irremediablemente ligado a ella; y éste no es otro que el del compositor neoyorkino Mark Snow, creador de un tema principal tan identificable y característico que ha sido imitado y utilizado hasta la saciedad en numerosos medios a la hora de ilustrar o hacer alguna referencia a fenómenos extraños (sobre todo aquellos relacionados con seres extraterrestres). Por ello, cuando en 1998 se realizó la primera aproximación de la famosísima serie de televisión al medio cinematográfico, Snow, al igual que buena parte del equipo técnico que habitualmente participaba en la serie, se sumó al carro haciéndose cargo de la banda sonora de la misma y creando una partitura con claras reminiscencias y guiños al sonido original de la serie. Ahora, para este segundo intento de llevar a la gran pantalla una nueva aventura de los agentes del FBI Fox Mulder y Dana Scully, Mark Snow repite, como no podía ser de otra forma, tras la partitura de la misma.

Y ¿qué ha hecho Mark Snow para esta banda sonora? Pues nada más y nada menos que lo que pide la cinta a la que acompaña, que básicamente es una partitura con cuerpo de thriller, algo de acción (en realidad bastante poca) y un poco de "dramatismo telefílmico", donde la atmósfera musical manda sobre el resto de los elementos. Para describir brevemente esta banda sonora podríamos hablar de cuatro tipos de temas, motivos o momentos musicales, a saber:

* Intriga/Suspense: Son los que marcan la partitura. Su funcionalidad en la película es aceptable, pasando desapercibidos en la mayoría de las secuencias. El nivel de interés de los mismos es bajo o casi nulo en algunos momentos, por lo que éstos lastran de forma definitiva la partitura y la sitúan entre aquellas que no sólo no merecen una próxima escucha en el futuro, sino que deberían ser archivadas y guardadas en lo más profundo del armario o, en su defecto, del cubo de la basura, para no caer en el error de volver a reproducirla.
* Transición: La correción y transparencia también se adueñan de este tipo de temas que, por desgracia, abundan en el compacto y, al igual que en los anteriormente comentados, tampoco aportan nada más aparte de funcionalidad con las imágenes del film. De entre todos ellos sobresale por derecho propio el titulado The Trip to DC, quizás excesivamente "épico" como para simplemente acompañar a los protagonistas durante un viaje en helicóptero de lo más normal, pero aún así bastante destacable.
* Sentimentales/Dramáticos: Utilizados en aquellos momentos de la cinta que podrían considerarse "especiales", ilustran sobre todo la relación entre Mulder y Scully y el dilema de esta última con respecto al infante terminal al que trata; y lo hacen de forma sencilla y sutil, pero nada destacable.
* Acción: Es aquí donde reside el único interés del compacto, aunque lamentablemente sólo se trata de pequeños y escasos pasajes (ni siquiera pistas completas) en los que, sorprendentemente, Snow parece moverse como pez en el agua, componiendo los que a la postre son los mejores momentos con diferencia de toda la partitura; rítmicos, vibrantes e intensos.

El CD finaliza con una variación entre discotequera y "chill out" del archiconocido tema principal de la serie Expediente X y dos canciones tan intrascendentes como prescindibles que, al menos para el que esto escribe, bien podían habérselas ahorrado los responsables de esta edición discográfica. La duración del compacto, de más de setenta minutos, tampoco ayuda mucho a digerir una banda sonora que a nivel conceptual es bastante floja y cuyos momentos de interés se cuentan con los dedos de una mano.

En resumen, The X-Files: I Want to Believe es un trabajo tan correcto como insípido, cuyas notas no perduran en la memoria del oyente más allá del momento en que son escuchadas. Es su falta de relevancia y personalidad lo que degrada a esta banda sonora, la cual, aparte de cumplir su función en el film sin molestar ni tampoco sobresalir, no aporta nada especial ni al género ni a la discografía de Mark Snow, por lo que no es necesario dedicarle más comentarios ni palabras que las escritas hasta el momento.

Lo mejor: Los pasajes de acción, vibrantes y bastante conseguidos (lástima que sean pocos y cortos).
Lo peor: Que el resto de la partitura sea tan sosa como la propia película.
El track: Moonrise, The Trip to DC y, en menor medida, Foot Chase, pero no las pistas completas, sino sólo fragmentos de éstas.

Fuente: cineybso.com

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